divendres, 16 de desembre del 2011

 COLOQUIO INTERDISCIPLINARIO

PRÁCTICAS Y DISPOSITIVOS DE PREVENCIÓ CON LA PEQUEÑA INFANCIA

MADRID    13 NOVIEMBRE 2009

“EL ESPAI DE MAR, UNA EXPERIENCIA SINGULAR”

Matilde Pelegrí
Psicoanalista y acogedora en “EL ESPAI DE MAR”
Presentación

Estoy muy contenta de estar hoy con todos Ustedes y agradezco mucho la invitación de Oscar Alvarez, que me permite presentarles “El ESPAI DE MAR”, espacio familiar para padres e hijos de 0 a 4 años, del que soy cofundadora y acogedora y que funciona desde junio 2007 en Vilanova i la Geltrú, una ciudad de 70.000 habitantes a cincuenta kilómetros de Barcelona.

La organización y el funcionamiento del ESPAI DE MAR se inspiran en el espíritu de la MAISON VERTE, dispositivo de acogida para padres e hijos de o a 4 años creado por la psicoanalista francesa Françoise Dolto y otros psicoanalistas en Paris en 1979 y que recientemente ha celebrado un Coloquio sobre sus 30 años de existencia y en la CASA OBERTA creada en Vilanova i la Geltrú en 1995, experiencia pionera en España inspirada a su vez en los principios fundamentales de la Maison Verte.

La CASA OBERTA, dispositivo de acogida para padres e hijos de 0 a 3 años en el que participé también como cofundadora y acogedora fue un lugar muy frecuentado por padres e hijos. Estaba cofinanciado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú. Tuvo 7 años y medio de vida y cerró sus puertas en diciembre del año 2002 por una decisión política del mismo ayuntamiento, que decidió sustituirla por un espacio de orientación y de animación dirigido a los padres e hijos.

« EL ESPAI DE MAR », del que voy a hablarles, se abrió cuatro años y medio mas tarde del cierre de la Casa Oberta, en junio 2007, por el impulso de siete profesionales, de los cuales tres eran antiguos acogedores  de  LA CASA OBERTA  en la misma ciudad pero situado en un barrio diferente, el barrio de mar y en un local cedido por una guardería. En 2007 abrimos según nuestro deseo, y con el local gratuito. Pero desde 2008 nuestro estatuto ha cambiado, recibimos una pequeña subvención del Gobierno de Cataluña (Generalitat) en concreto de la Secretaria de Politiques Familiars i Drets de Ciutadania que nos permite salir del estatuto de voluntariado y de poder recibir un pago simbólico. 

Y quería aprovechar mi intervención para anunciarles que el próximo martes 17 de noviembre de 2009, iniciaremos un nuevo dispositivo en una pequeña ciudad de 5.000 habitantes, Canyelles, a ocho kilometros de Vilanova i la Geltrú: LA CASETA BLAVA, esta vez subvencionado por el Gobierno de Cataluña y el municipio de esta pequeña ciudad.

Siempre a volver a empezar, siempre en un circuito que va del nacimiento a la pérdida, del duelo a un nuevo nacimiento, que viene a recordarnos los acontecimientos de la vida cotidiana y como dichos acontecimientos se ponen en escena, en estos espacios familiares de tipo estructura Maison Verte.

El origen del ESPAI DE MAR tiene un preliminar, que tiene que ver con la lectura de las obras de la psicoanalista francesa Françoise Dolto, con el  encuentro con la “Maison Verte de Paris, del trabajo como acogedores en LA CASA OBERTA durante casi ocho años, con  el recorrido analítico de diferentes profesionales de la pequeña infancia,  con el deseo de que un lugar como este existiera y con la búsqueda de alguna institución que corriera el riesgo de apoyar un dispositivo de acogida que tiene como referencia el psicoanálisis a diferencia de los otros dispositivos ya existentes de tipo educativo.

El deseo y la transferencia han sostenido el trabajo del ESPAI DE MAR, durante estos dos años: deseo de un grupo de profesionales de crear un lugar como este y transferencia de trabajo entre ellos, que ha permitido que lo que era solo un proyecto, una ilusión, lo imaginario, llegara a ser algo concreto, una realidad.

Nos comprometemos en un trabajo que acoge al niño en tanto que sujeto, no en tanto que “objeto de consumo” y para ofrecer a las madres, padres, o acompañantes la posibilidad de relacionarse con otros niños y adultos, en un espacio en donde la palabra se anuda y se desanuda haciendo cadena en la línea de las generaciones.

Desde que iniciamos el trabajo en EL ESPAI DE MAR ha habido una reflexión sobre las hipótesis del dispositivo que F. Dolto nos ha legado. A pesar que la referencia era Francia, creíamos que la concepción de estos dispositivos podía ser universal, que podrían abrirse en otros países y en otras culturas como así ha sido (desde Rusia hasta Canadá, pasando por Italia, Polonia, Israel, etc.). Ya que se dirigen al niño y su familia en la cotidianidad y las angustias y malestares de ser padre y ser madre son universales. Sin embargo siempre hemos sido conscientes que cada dispositivo debería tener su propio estilo, su propia particularidad.

Para  F. Dolto se trataba de ofrecer un lugar de palabra y de escucha, un  dispositivo donde psicoanalistas y no psicoanalistas acogerían la particularidad de cada familia  en donde se favorecería los encuentros entre padres e hijos menores de 4 años y en donde se compartiría con otros padres y con “los acogedores” las dificultades y las interrogaciones que surgen en la vida cotidiana con respecto a los hijos.
 
Ritual del ESPAI DE MAR
Condiciones del acceso: Se acoge al niño/niña acompañado/a de un adulto del entorno familiar: padres, abuelos, canguro, etc. que tiene que quedarse con él durante su estancia en el Espai de Mar. El niño o niña y sus acompañantes pueden quedarse el tiempo que quieran, y volver los días que quieran, siempre dentro del horario de apertura del Espai de Mar que son los martes y jueves de 17.30 a 20h.

Es un espacio gratuito, sin ningún compromiso de asistencia regular, se respeta el anonimato o sea que no se utiliza ninguna ficha de inscripción.

La acogida: El niño o niña es recibido por los “acogedores” que trabajan aquella tarde, le preguntan su nombre y su edad y quién es la persona que le acompaña. Estos datos se escriben en la pizarra, a la vista de todo el mundo, y donde se escriben también el nombre de los profesionales que están en el ESPAI DE MAR ese día. Este recibimiento es para dar el lugar de sujeto al niño o niña pequeños.  Si es la primera vez que viene, los acogedores explican al niño o niña, a sus padres o los adultos que es el ESPAI DE MAR, su funcionamiento y sus normas que son muy pocas: - Los niños no pueden quedarse solos, ya que los acompañantes adultos son responsables de ellos y hay un espacio reservado para los bebés, donde deben acceder solo si se quitan los zapatos.

Estas pequeñas normas se instauran en referencia a la ley. Ley que afecta a todo ser humano, inscrita en la cultura y que su cumplimiento o su trasgresión pondrán en escena algo de la particularidad de cada familia.

El equipo del Espai de Mar: El equipo del ESPAI DE MAR esta formado por 6 acogedores que son psicólogos, psicoanalistas y educadores. Se dividen en dos grupos de 3 profesionales que trabajan los martes y jueves. El mismo grupo, el mismo día.

Los acogedores una vez cerrado el ESPAI DE MAR, recogen todos los juguetes, ordenan la sala, escriben en una libreta los niños y niñas y los adultos que han venido ese día y después reflexionan sobre algo que les ha llamado la atención ese día, o sobre alguna intervención, o alguna pregunta que se plantean.

Los acogedores, favorecen los intercambios, sostienen la palabra y en ocasiones lo que escuchan, puede abrir un: ¿qué quiere decir esto?, como pregunta, porque ninguna respuesta sería una última respuesta. A veces, pueden ser testimonios de los encuentros entre los adultos y sus hijo, otras su intervención puede desdramatizar situaciones que de otra manera conducirían al conflicto. A veces, su escucha es discreta y respetuosa, otras es más intervencionista y en algunas otras, dependiendo de las preguntas, su escucha debe ser más inventiva.

Nada esta asegurado. Quien quiera ver un final feliz, un ideal de prevención, o de evitar un trauma, o que el niño no tendrá conflictos se equivoca. EL ESPAI DE MAR es en primer término un dispositivo que reproduce el escenario social; por el hecho que no prescribe ninguna norma, lo que favorece que cada familia, cada niño…cada uno, ponga en escena su propia norma. De lo que da cuenta es que no hay un saber inscrito que diga lo que es un niño, así como tampoco hay un saber que diga lo que es un padre o una madre. Lo que hace posible que un espacio como este pueda acoger la particularidad frente a la utopía de la universalización.

¿Cómo acoger lo que se dice? Y ¿cómo responder? Se trata de acoger la demanda en un espacio que toma como referencia el psicoanálisis, que lo hace diferente a  los otros dispositivos sociales que también van dirigidos a la infancia. El concepto de demanda elaborado por Jacques Lacan en su enseñanza, como una dialéctica articulada entre la necesidad  y el deseo, es una herramienta preciosa. Es debido al psicoanálisis y  lo que nos enseña que es posible, por ejemplo, sostener una posición de acoger una demanda de nada y de estar simplemente para que se puedan dar encuentros. Es posible ser testigos de lo que resuena entre el niño y el adulto y que pone en juego el deseo, enigmático. El profesional toma a su cargo el expresarlo en la palabra, palabra necesaria en la trama simbólica de los intercambios entre las generaciones.



El no trabajar por un ideal y poder soportar el lugar de la falta; no responder inmediatamente a la demanda, sino sostenerla y conducirla para que vaya al encuentro del deseo; acoger la dimensión subjetiva, la particularidad del sujeto, y permitir así que este se encuentre con su responsabilidad son los elementos que hacen del ESPAI DE MAR un espacio social, sin ser del todo un espacio social.

Acoger la particularida 

Hay quién dice más de lo que quiere decir, como es el caso de la madre de un niño que nos pide como explicar a su hijo que pronto se tiene que ir a vivir a otro lugar, a Madrid y dejar Vilanova. La madre se dirige a su hijo para que confirme lo que dice, y este responde: “yo quiero aquí “. En realidad, la madre, acaba diciendo, que es ella que no quiere irse porque deja una amiga.

También hay que dejar tiempo porque cada persona pueda disponer del espacio como desee. Un día un niño se pasa toda la tarda jugando a entrar y salir del ESPAI DE MAR. Al interrogarlo es el padre que responde: “me saca a pasear”. Un tiempo después es el niño que no quiere marchar del ESPAI DE MAR, y se pone a llorar y, entonces el padre se queja que se deja dominar demasiado por su hijo.

A veces son los propios usuarios que en las conversaciones que tienen dan lugar a leer más allá del enunciado: La madre de una niñita de 2 años dice que no quiere tener otro hijo, que la que tiene no ha estrenado la cuna. Otra madre le insinúa que su hija interfiere en la pareja.

EL ESPAI DE MAR también es un espacio donde se pone en juego el niño ideal, y es fácil comprobar el grado de tolerancia del adulto cuando el niño o la niña no hacen lo que estaba previsto. Un abuelo habla de su nieto como un niño que es muy tranquilo y nada travieso, le enseña “educación”; cuando quiere algo le dice: “ di: por favor, me das…?”. Cuando otro niño le coge un juguete se pone a chillar y muestra su enfado, mientras que el abuelo le pega en las manos diciéndole primero que ya hay bastante, después en tono tranquilo que ya lo cogerá más tarde. El niño se muestra asustado, y cuando se le pregunta responde, balbuceando: “nene,…malo,…nooo”. Se le prohíbe que se enfade!

También, a menudo se interroga a los profesionales por su función, su presencia: “¿hacéis un estudio?”, “¿observáis a los niños y a los padres?”, “¿dejáis hacer?”. Pero, ¿hay algo más enigmático que una presencia?

Creo que la diversidad de profesionales permite ofrecer diferentes escuchas; pero es necesario también, estar atentos a nuestra posición en estos lugares; pues aquí no estamos en la posición de analista, de pedagogo, de educador, nuestro trabajo no es una cura, ni una intervención pedagógica, ni un consejo; entonces ¿de que acto se trata?

Una escena en una tarde cualquiera:

Una tarde cualquiera, EL ESPAI DE MAR esta abarrotado de familias, estoy cerca de la puerta, pendiente de la acogida. Me dirijo a una madre y un niño que en ese momento están en la puerta y parecen asustados por el ruido y las risas. Me acerco a ellos y la mamá me dice que es el primer día que viene, que el pediatra le ha dicho que venga, porque le irá bien tanto a ella como a su hijo. Dice que hace quince días que ha llegado de Ucrania con su hijo adoptado: Nil,  de dos años de edad y no sabe que hacer con él, no la entiende, los idiomas son distintos y ella a su vez no lo comprende.

Nil esta muy agitado, deambula por el espacio. Parece asustado por las conversaciones, risas y el ruido de los juegos de los demás niños. La mamá le acompaña en este deambular pero no puede comunicarse con él. De repente Nil se tropieza conmigo que estoy en la colchoneta con los bebés y sus madres, dándole a un niño un sonajero que había sacado del cajón de los juguetes. Casi inconscientemente le ofrezco otro sonajero, pero el lo rechaza, lanzándolo contra el suelo. “Parece que no te gusta” le digo, podríamos buscar en el cajón a ver si encontramos algo que te guste”.

Busco dentro del cajón y voy a dar con una caja de música, que tirando de un hilo se puede escuchar una melodía internacional de las típicas de bebés. Se la acerco a la oreja y escucha la melodía, su cara cambia de expresión, de una mirada de susto y agitación a la entrada, ahora se muestra sonriente y calmado. Iniciamos un juego que consiste en tirar del hilo y escuchar la melodía, una vez él y otra yo nos vamos intercambiando el escuchar la melodía. Estamos un rato de esta manera, hasta que con la mirada busco a la madre y la invito a venir. Se queda sorprendida de la calma que muestra su hijo, le digo que Nil ha hecho un descubrimiento en el ESPAI DE MAR, ha descubierto una melodía que debe recordarle algo que no sabemos. Le ofrezco la caja de música a la madre y ellos a su vez inician el juego de irse intercambiando en la escucha de la melodía.

A través del objeto, la caja de música, han podido seguir jugando juntos Nil y su madre a otras cosas, al tobogán, a ver un libro de láminas, etc. Al despedirse, la madre me pregunta” la melodía la habrá escuchado en su país”. ¿Acaso una melodía puede ser internacional y puede ofrecer a un niño un cierto apaciguamiento a su duelo por la pérdida de su mundo cotidiano y ofrecerle la posibilidad de encontrar algo de lo anterior en su nuevo mundo, ¿es esto posible en el pasaje por el espacio de acogida? Y la transferencia se instaló y ellos continuaron viniendo…

¿Se trata para el que acoge de permitir que se inscriba ahí un lugar para cada uno? De dejarse enseñar por el espacio y las familias. De dejarse sorprender. Nos encontramos con numerosas situaciones que son a la vez parecidas y siempre diferentes. La posición del que acoge es singular, y deber ser modulada entre una intervención al instante y una intervención en el tiempo. Como articulada por los tres tiempos lógicos : instante de ver, tiempo para comprender, momento de concluir.

Se trata de inventar una práctica poniendo algo de si mismo. Este dispositivo no da repuestas. Se trata de permitir que se planteen de otro modo las preguntas. Esta orientación de nuestra intervención implica una invención permanente. Invención por parte de la institución para dar un lugar al discurso del psicoanálisis e invención del lado del profesional para que se pueda acoger al “uno por uno”, o sea acoger la singularidad de cada uno.

Dificultad por tanto de esta posición que necesita una verdadera transferencia de trabajo de los “acogedores” y de una transferencia con varios. No podemos dejar nuestra profesión en la puerta de estos dispositivos. Hay que entrar como somos, y estar advertido de los límites de la escucha de cada uno, sea psicólogo, sea psicoanalista o sea educador.

El psicoanalista J. Lacan animaba a los psicoanalistas a salir del infierno, a no quedarse encerrados en la oscuridad de su subterráneo, a dirigirse hacia la luz, o sea la luz formada por relámpagos, o sea formada por sorpresas, por encuentros y por invenciones y nos planteaba la siguiente pregunta: ¿Que tipo de alegría o de goce encontramos nosotros en nuestro trabajo?